lunes, 1 de diciembre de 2008

Cine y Fetiche I. Vértigo.



Cuando Truffaut preguntó a Hitchcock qué era lo qué más le interesaba de la trama de Vértigo (De entre los muertos, Pierre Boileau y Thomas Narcejac), éste respondió, “los esfuerzos que hacía James Stewart para recrear una mujer, a partir de la imagen de una muerta”. Y en definitiva, ¿no busca en esencia el cine lo mismo? El cine evoca un instante pasado en el tiempo que prevalece gracias a la imagen captada por la cámara, o dicho de otra forma, la imagen tomada rememora el instante perdido.
Hitchcock tenía predilección por algunos actores con los que repitió en diversos films, como Cary Grant, James Stewart, Ingrid Bergman o Grace Kelly. Es curioso como Hitchcock ante la imposibilidad de volver a rodar con Grace Kelly, debido a su inminente boda, intentaba de alguna forma convertir a actrices como Kim Novak en Vértigo o Tippi Hedren en Los pájaros, 1963, en esa mujer elegante y sofisticada que era la princesa de Mónaco. Podemos entrever en el propio director un comportamiento un tanto fetichista en relación con sus propios actores.
En la película de Vértigo, Hitchcock nos revela al principio del segundo acto que Madelaine y Judy son la misma mujer. Con esto pretende centrar nuestra atención en otro asunto que él considera más interesante, la obsesión de Stewart.

Scottie va a Ernie’s para conocer a Madelaine. El restaurante es un marco sumamente elegante donde el rojo predomina, casi como premonición de la sangre que se derramará. Stewart fija la vista en la espalda desnuda de Madeleine, impecablemente vestida de verde. Su marido y ella se levantan de la mesa, pasan por detrás de él y entonces el tiempo parece ralentizarse para captar la imagen casi irreal, por un cambio de intensidad en la iluminación, de Madeleine. Acto seguido Hitchcock nos muestra un plano del matrimonio reflejado en un gran espejo. Scottie se enamora por lo tanto de una imagen, de las apariencias, ¿del cine? El periplo de Scottie continúa en un cementerio, el mausoleo de los muertos, para continuar en un museo, el mausoleo del arte y todo para seguir el rastro de una muerta.
Resulta muy interesante el uso de la iluminación y del color como elemento narrativo.
Como he mencionado anteriormente los colores que enmarcan de manera casi irreal el primer encuentro son el rojo del restaurante, color que simboliza pasión y peligro, y el verde, color del vestido de Madeleine, color relacionado con los muertos, lo irreal, la locura y la naturaleza. En el cementerio una bruma verdosa acompaña a Madeleine como si de un espectro caminando entre tumbas se tratase, incluso hay otro plano en el que se la enmarca con unas flores rojas en primer plano. En el museo, cuando Stewart parece salir de las tinieblas del desconocimiento para adentrarse en la luz de la sala donde descubrirá la relación entre Carlotta Valdés y Madeleine.

Midge y Scottie van a una vieja librería para saber más sobre la historia de Carlotta. En un plano fijo con el librero y mientras este cuenta la historia la luz se oscurece hasta el punto que Scottie parece ser engullido por la oscuridad cuando el librero pronuncia la palabra suicidio. Hasta aquí Stewart ha permanecido en su lugar, escéptico ante lo que se le presenta, sus trajes gris neutros, pero el intento de suicidio de Madeleine da un giro a la historia y a sus colores. En la escena posterior al intento de suicidio, vemos algo que no nos pasa desapercibido, Scottie está en casa y vestido de verde, guiados por su mirada, un travelling nos muestra las ropas mojadas de ella colgadas en la cocina para después mostrarnos a Madeleine en la cama, sabemos que está desnuda, y es más, sabemos que él la ha desnudado. Ahí observamos el cambio, Scottie se ha rendido a los encantos de la mujer, mientras que ésta se viste con el batín rojo de él señal del peligro que ésta supone para él cándido Scottie. Una escena cargada de tensión sexual. Siguiendo con este juego simbólico sexual, en la ventana podemos observar la torre Coit. Al principio del film, Stewart juega con un bastón, éste cae al suelo simbolizando su impotencia sexual. Esta torre aparece como símbolo de su virilidad recuperada, de hecho cuando ella vuelve a su casa dice haber reconocido el lugar por la torre y él responde que se alegra, ya que es la primera vez que le sirve para algo.
Otra pista nos es dada por el color, cuando Madeleine sube a la torre del convento para suicidarse lleva unos zapatos oscuros, sin embargo la muerta lleva unos zapatos claros, error del impostor y pista muy sutil para el espectador meticuloso.
Es reseñable el plano subjetivo de la sensación de vértigo conseguido mediante la combinación de Dolly y Zoom.

1 comentario:

Marcosuiz dijo...

¡Vaya,alguien que ve cine y no solo peliculas!.Interesante tu blog y tus elecciones,son de isla desierta(¿que pelicula te llevarias a una isla desierta?)